Te quiero contar algo, que es nodal en mi vida: el efecto generosidad-abundancia cuando está alineado en el Amor.
Y te lo voy a contar como si fuera un cuentito.
Sale Juancito de su casa, en una mañana de sol, respira profundo y lo primero que dice es: "gracias", alzando su mirada al cielo, y llevando sus manos al centro de su Corazón.
Al cruzar la calle, nota en la esquina, que una mujer con dos niños, sentados los tres en un rincón de la vereda, ofrecen pancitos de queso; se acerca, les pide todos los que tiene, de pronto se retracta y le dice: -"de todos los q me vas a dar, mejor retirá algunos para que te queden, porque quizás alguien viene a comprarte, y no vas a tener más”.
-"No importa" le dice la mujer, “más tarde haré más”. Y él le responde: "es que quizás yo me voy, y viene alguien con ganas de comer estos deliciosos pancitos, así se encuentra con ellos, y los puede disfrutar también!"
La mujer lo miró sorprendida, he hizo lo que Juancito le pidió.
Este jovencito, camina hasta llegar a una plaza, se sienta en un banco, disfruta de la caricia del sol sobre su rostro, y nota que junto a él, un hombre mayor, con barba, lentes y un libro, se sienta a su lado. Juancito, corre la bolsita con los pancitos, para cederle el lugar; el hombre huele en el aire algo que llama su atención, y el joven le dice: "son pancitos de queso" y le ofrece el paquete para que se sirva y tome los que desee.
El señor toma tres pancitos, y le dice a Juancito: "por favor, cuidame mi libro, ya regreso". El hombre de barba, cruza la calle, Juancito lo observa atentamente, y ve que le entrega esos tres pancitos a tres niños que pedían algo para comer, en la entrada del subte.
Y mientras el hombre regresa a la plaza, Juancito nota que uno de esos niños, se pone de pie, mientras los otros dos saborean sus pancitos de queso, y se dirige a un rincón de una vereda, donde una mamá con sus dos niños dormidos, y una canasta vacía como almohada, le recibe, con sus manos temblorosas, ese pancito de queso.
Sorprendida al descubrir que era el mismo que ella había amasado, mira al cielo y agradece, lleva sus manos al Corazón, entre lágrimas y sonrisas, le dice al niño que le obsequió el pan: “gracias, todo lo que uno da, siempre vuelve, y hasta a veces, multiplicado”.
Y en ese mismo momento cuando alza la vista, ve a Juancito y al hombre de barba, caminar hacia ellos, con una caja llena de provisiones.
...
El sentido que cada quien le dé a este cuentito, es válido, porque es el sentido de cada quien.
Lo que sí te puedo asegurar, que cuando obrás con el Corazón, suceden milagros, magia, correspondencia, ley de afinidad… llamalo como quieras.
Yo le llamo AMOR en acción.
#gabrielamarasegui #circuitosvirtuosos #generosidad #abundancia #milagros #lavidamisma –imagen tomada respestuosamente de la web-
Comments